SANOS, ESPECIALES, UNICOS.

Son muchos los nombres que reciben, pero los productos artesanos son, al fin y al cabo, los que están hechos a mano, tal y como hacían las generaciones precedentes. Y lo que los distingue no es solo el modo de elaboración tan cuidado o el tipo de ingredientes naturales, sino , precisamente, que detrás de ellos hay personas que dejan impresa una marca de originalidad y cariño muy especial.

Alimentarse con este tipo de productos es una decisión que beneficia a la salud pero también al Medio Ambiente Además, cuando un consumidor elige seguir una dieta basada en alimentos fruto de la dedicación del artesano, lo que hace es colaborar en el mantenimiento de una economía sostenible y permitir el sustento de una actividad que produce y vende sin intermediarios.

También nutre la cultura creada por los antepasados y, por tanto, da vida a las tradiciones que, de otra manera, se perderían con el paso del tiempo hasta desaparecer por completo. Porque, más allá del progreso y de sus nuevos materiales, procesos y herramientas, la esencia del trabajo artesano sigue siendo la misma y continúa siendo transmitida de generación en generación. Es decir, que quien consume artesano participa activamente en la conservación del patrimonio cultural de su entorno y de la sociedad.

De la misma forma, adquiere productos originales ya que la impronta personal de cada artesano es como una huella digital: única e intransferible, por lo que nadie más en el mundo podrá jamás producir exactamente el mismo artículo. Una garantía de exclusividad de la que carece el mundo industrial. Productos que, por otro lado, tienen como valor añadido, una calidad innegable ya que utilizan ingredientes naturales y los trabajan con mimo, esfuerzo y paciencia, recuperando hoy el sabor del ayer.

Y, por último, conoce al creador directo de aquello que va a servir en su mesa lo cual ofrece las ventajas de poder entablar una conversación con el propio artesano; de plantearle sus dudas; de conocer más detalles sobre el producto y, en definitiva, de mantener una relación social con el proveedor casi extinguida en la actualidad.

En definitiva, si ser artesano es una forma de vida, como lo es para Urrutia, también lo es para todos los que eligen productos de elaboración artesanal y adoptan un estilo de alimentación saludable, respetuoso, sostenible y, sobre todo, muy pero que muy rico. ¿O no habéis probado nuestros postres y platos? Pasaros por el Obrador URRUTIA y dejad que la artesanía gastronómica os llene de vida…

Imagen: Migas de URRUTIA.

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