NO A LOS ULTRAPROCESADOS.

Todo el mundo ha escuchado hablar de lo perjudicial que puede ser la comida ultraprocesada, es decir, el conjunto de preparados industriales elaborados a base de sustancias derivadas que, en realidad, estimulan el apetito y se relacionan con la aparición de múltiples enfermedades. Pero much@s miran para otro lado y sucumben a su comodidad, precio y disponibilidad inmediata.

De hecho, allá donde se mire copan las estanterías de los supermercados. Son las bebidas azucaradas, precocinados, bollería, carnes procesadas, galletas, lácteos azucarados, postres, dulces, cereales refinados, pizzas, nuggets, barritas energéticas o dietéticas, etc. La mayoría vienen saturados de sal, grasas poco saludables, azúcar y aditivos , conservantes, estabilizantes, emulsionantes, disolventes, aglutinantes e infladores, edulcorantes y potenciadores sensoriales de color y sabor. Un verdadero atropello para la salud.

Para pensar en su incidencia sobre el organismo  hay pensar, por ejemplo, que una bebida energética y un paquete de Donettes  le suponen al páncreas unos 200 gramos de azúcar que puede gestionar un día, dos, tres, pero que a la larga y semana tras semana, le acaba volviendo loco. La insulina se dispara y se crea una alteración a nivel metabólico, lo que se llama diabetes tipo 2. El cuerpo tiene un exceso hepático de grasa. Y esto genera colesterol alto porque por el azúcar se accede al colesterol. Y acarrea también problemas de tipo cardiovascular. Como además sobra energía el cuerpo la acumula en forma de grasa y de ahí que la obesidad, la hipertensión cardiovascular y la diabetes del tipo 2 estén tan asociadas a este tipo de productos ultraprocesados, según indican los expertos. Y a  ello se suma que llegan a crear adicción entre sus consumidores habituales debido a la sensación de placer que generan en el cerebro y que suele denominarse respuesta hedónica a la ingesta.

La solución reside en concienciarse y comer comida de verdad. Vivimos en un entorno privilegiado que nos provee de una materia prima rica y saludable que deberíamos aprovechar. No cuesta tanto prepararse una buena ensalada, una tortilla de atún o unos pimientos del piquillo con huevo duro. Y si lo que falta es tiempo, porque la agenda no ofrece grandes posibilidades, existen conservas que, aun siendo procesadas, mantienen la fuerza nutritiva de los alimentos.

En Casa Urrutia te animamos a invertir en tu salud, a vivir mejor (aunque no sabemos si por más tiempo), a sufrir menos enfermedades, a mantenerte más sano. Es una inversión que merece mucho la pena. Y, si en algún momento pasas por Ujué, acércate y disfruta de nuestro menú tradicional, hecho en casa, con mimo, con paciencia, con ingredientes de la tierra y según las recetas de nuestros mayores. O por nuestro Obrador, con repostería artesanal y ecológica. O por nuestra Agrotienda, donde encontrarás productos locales de calidad, para esos momentos en los que aprietan las prisas. Para que la celeridad de tu día a día solo te robe tiempo, no salud.

Fuentes: elcomidista.elpais

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