LA VERDAD DEL BIZCOCHO.

Se le reconoce por su masa esponjosa y dulce que se disfruta solo o se utiliza de base para otros postres. «Bizcocho» es un término que proviene del latín «bis coctus» que significa cocido dos veces. Antiguamente se refería a una especie de torta que se retiraba del molde tras un primer horneado y se devolvía de nuevo a los fogones para terminar su preparación. De esta forma se lograba que se conservase mejor y que se mantuviera en buenas condiciones durante más tiempo.

Nada tiene que ver con aquello la esponjosidad de los bizcochos actuales pero, por defecto, han mantenido el mismo nombre. Una denominación que ha experimentado diversas variaciones con posterioridad dando lugar a términos como biscuit, que en el mundo francófono y anglosajón principalmente sirve para referirse a ciertos bizcochitos y galletas de menor tamaño. También se le considera emparentado con el merengue y la magdalena, el cake o el sobao aunque no todos los bollos que adquieren volumen con levadura pueden incluirse en la categoría de bizcocho.

Hoy en día constituye un tradicional desayuno, postre o merienda en gran cantidad de países y se elabora con harina, huevos, azúcar y sal. En ocasiones se añade algún tipo de grasa como mantequilla o aceite de girasol (aunque mejor si es de oliva) o leche y yogur para brindarle mayor cremosidad. El resultado es un dulce fácil, de textura muy agradable y de sabor ligero (que puede ser intensificado incorporando chocolate, mermelada, golosinas…etc).

En Casa Urrutia elaboramos diversos tipos de bizcocho siguiendo las recetas de nuestros antepasados, que es lo que los hace tan especiales. Sin azúcar, con chocolate, con avena y sirope…o como base para otros postres. Tomamos los ingredientes de la tierra para que el resultado sea sano y respetuoso con el medio ambiente. Y si cierras los ojos con el primer bocado la intensidad de su exquisito aroma conquistará tu paladar.

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