CENA BIEN.

Cuidar la alimentación debe abarcar desde el momento que suena la alarma del despertador hasta que llega la hora de acostarse. Es decir, que no solo hay que ocuparse de realizar un buen desayuno sino también de cenar de forma adecuada para mantener una alimentación sana y equilibrada. Sin embargo, resulta demasiado habitual desatender este último refrigerio.

Los errores más comunes caen en el exceso y en el defecto. O se trata de cenas demasiado pesadas o escasamente nutritivas lo cual no ayuda en ningún caso. El horario también parece un obstáculo difícil de superar en muchos hogares pero cenar tarde, además de influir en el aumento de peso, impide una correcta digestión. De hecho, se suele recomendar ingerir el último alimento un par de horas antes de irse a dormir.

También se deberían evitar los hidratos de carbono, como pastas o bocadillos, y los alimentos precocinados ya que, aunque cómodos y fáciles de preparar, todos estos platos suponen un excesivo aporte de energía innecesaria por la noche. Por no hablar de conservantes y grasas saturadas…Optar por las frutas es otra de las alternativas poco aconsejables. Sin duda una elección muy sana pero con elevados niveles de azúcar e nutricionalmente incompletas. De ahí que resulte mucho más indicado reservarlas para media mañana o media tarde.

Y, por supuesto, comer deprisa es otro gran inconveniente para una cena saludable. Suele llevar a una ingesta de comida superior a la realmente necesaria y, como consecuencia, de calorías prescindibles. Por este motivo, nada como disponer de una nevera con alimentos caseros, nutritivos y saciantes, para no caer en la tentación ni en exageraciones.

Apuesta siempre por la comida de siempre. Rica, buena, sana. Fuera de casa…en Casa Urrutia.

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