PIMIENTO CHORICERO.

¿Quién no conoce el pimiento choricero? En la gastronomía nacional es un alimento muy utilizado y en la vasca constituye, sin lugar a dudas, uno de los grandes protagonistas de diversos platos y elaboraciones culinarias. Y es que, desde el continente americano, este ingrediente cargado de beneficios llegó para aportar un sabor y textura inconfundibles a los que es casi imposible renunciar.

Producto base para la cocina vasca, esta variante del pimiento exige una preparación específica ya que necesita una rehidratación previa, es decir, un remojo para recuperar la humedad que poseía inicialmente. Solo se utiliza la pulpa, que es la parte más carnosa del pimiento y, como resultado, se obtiene una pasta de color rojo oscuro.

Es fuente de fibra y apenas contiene grasas, por lo que su aportación calórica es de lo más equilibrada. Se le conoce, también, por sus propiedades diuréticas así como por sus altos niveles de  vitamina C y minerales, entre ellos magnesio, potasio, calcio y fósforo. Por no mencionar que proporciona vitaminas esenciales, ácido fólico y una buena dosis de antioxidantes naturales. En definitiva, una joya muy nutritiva y sabrosa.

Es por eso que conforma un elemento imprescindible en algunos clásicos del recetario vasco como el marmitako, el bacalao al ajoarriero, el cordero al chilindrón a la Navarra o las patatas a la riojana entre otras muchas. Además, también se emplea a menudo en la producción de embutidos como el chorizo.

En Casa Urrutia, precisamente, apostamos por la cocina casera tradicional de la región por lo que podrás disfrutar de un menú rebosante de historia. Eso sí, no siempre con pimiento choricero pero siempre con  ingredientes naturales locales y mucho cariño. 

Fuente: Bon viveur.

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