VOLVER A COMER BIEN.

Aunque suele formar parte de los propósitos de principios de año, tras los estragos navideños,  lo cierto es que volver a una alimentación saludable puede convertirse en una adecuada estrategia cada vez que se produce algún tipo de exceso. Fines de semana, celebraciones…puestos a decir la verdad siempre hay excusas para dejarse caer en las tentaciones. Pero ¿cómo reconducir la alimentación después?

Si bien inicialmente resulta agradable la sensación de comer un dulce o cualquier elaboración con harina blanca refinada, no hay que olvidar que todo lo que sube debe bajar. De ahí que,  al erradicar refinados y procesados de la dieta suele experimentarse apatía, frustración, irritabilidad y hasta inseguridad. La solución nunca será ingerir más golosinas, pasteles o productos azucarados ya que sólo provocarán picos de azúcar en el organismo que desencadenarán en una dinámica de desgaste emocional y físico. Y es que el chute energético dará paso, inevitablemente, al cansancio, desgana y culpabilidad. Un círculo vicioso y dañino del que es necesario salir cuanto antes.

Algunos alimentos ayudan a romper ese ciclo, además de la práctica de ejercicio regular. Así los caldos de verduras ecológicas consumidos antes de cada comida crearán una mayor sensación de saciedad y la ingesta regular de alimentos detox como las alcachofas, piña o jengibre permitirán deshacerse de toxinas y sustancias nocivas para el organismo.

Pero a todo ello los expertos añaden la idea de masticar cada bocado con presencia. Es decir, sin distracciones como la televisión o el móvil. Se trata, al fin y al cabo, de concentrarse en el momento y de disfrutar del aroma, textura, sabor y sensaciones en todo el proceso. Esto implica olvidarse de las calorías y las obsesiones y comenzar a escuchar el cuerpo y sus verdaderas necesidades.

Una actitud que compartimos totalmente en Casa Urrutia desde la elaboración de nuestros platos y postres con todo el mimo y atención hasta que los servimos en la mesa. Y siempre confiamos en que nuestra cocina consciente se extienda a través de la experiencia también consciente de nuestros comensales. Y que puedan percibir todo el aroma, sabor y cariño que hemos puesto en cada porción. 

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