VIEJOS TIEMPOS.

Recientemente se ha publicado la nueva pirámide alimentaria que, aunque mantiene las bases de la dieta mediterránea tradicional, incorpora algunos pequeños cambios. La premisa: el equilibrio emocional, el balance energético y las técnicas culinarias forman la base de la alimentación saludable avalada por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC).

En realidad, la mayoría de la población está familiarizada con los hábitos recomendados por los expertos para cuidar de la salud (otra cuestión es que los ponga en práctica). Una rutina de ejercicio diario (suele hablarse de los 10.000 pasos por día), hidratación adecuada (entre dos y dos litros y medio de agua por día) y consumo variado de  alimentos. La estructura piramidal continúa dando prioridad a la ingesta de arroz, cereales y patatas, 5 raciones de fruta y verdura, aceite de oliva virgen extra para después pasar a los lácteos, pescados y carne blanca. Una vez más la carne roja y embutidos se relegan al apartado de consumo moderado así como la bollería industrial y chucherías por su elevado contenido en grasas saturadas.

Lo interesante es que esta vez se subraya con especial énfasis  la importancia de saber comprar, cocinar y preparar adecuadamente los alimentos en un entorno caracterizado por una oferta abrumadora de productos y un alejamiento de las costumbres tradicionales de la dieta del  mediterráneo. Es decir, la pirámide muestra el orden de categorías pero también es necesario que el consumidor sea suficientemente responsable como para seleccionar no solo qué va a consumir sino cómo va a hacerlo: precocinado, al vapor, al microondas…?

De la misma manera se apunta al buen equilibrio emocional como parte de una dieta saludable ya que las sensaciones vitales pueden modificar y mucho la elección de los alimentos. Así en estados de ánimo frágiles o en momentos de estrés suele tenderse a optar por realizar comidas rápidas que no impliquen ningún esfuerzo culinario o por abusar de dulces industriales para desfogar la incomodidad emocional. Desahogos que van en  detrimento de la salud.

Así pues, en un contexto social de ritmo trepidante y de exceso de oportunidades alimentarias, conviene, más que nunca, centrarse y recuperar las beneficiosas tradiciones mediterráneas. Elegir adecuadamente los alimentos que señala la pirámide e ir un paso más allá seleccionando el modo más sano de consumirlos y rechazando, como sistema de alimentación habitual, los métodos modernos que nos ahorran tiempo pero también salud. De alguna manera, se trata de rescatar los modos tradicionales, formas de cocinar más sanas y, en definitiva,  el sabor de siempre. Por eso en Urrutia, nuestros platos están elaborados con ingredientes ecológicos y siguiendo las recetas heredadas de nuestros antepasados.  Para que comer sano sea tan sencillo como lo era antaño.

Imagen: Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC).
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