Para gustos, los postres. Y es que resulta difícil elegir uno de entre la enorme variedad de joyas gastronómicas que ofrece nuestro recetario. Aunque, de tener que hacerlo y en este período del año, sin duda la gran triunfadora sería la torrija. Dulce tradicional de Cuaresma y Semana Santa, su elaboración se apoya en el aprovechamiento casero y admite casi cualquier ocurrencia más allá de su formato clásico: rebanada de pan mojado en leche, rebozado en huevo, frito en aceite y aderezado con azúcar.
Su origen resulta algo misterioso ya que si bien las primeras referencias datan del siglo IV o V y continúan a lo largo de la Edad Media no es hasta el siglo XIV cuando aparece la primera nota en relación a la torreja. El hecho de que su consumo fuera especialmente alto durante la Pascua es precisamente porque constituía, y lo sigue haciendo, una fuente de energía muy necesaria en épocas en las que prevalecían las prohibiciones sobre la carne. No obstante, en la actualidad conforma una alternativa repostera perfecta para cualquier momento del año.
Las propiedades de la receta original están directamente relacionadas, obviamente, con los ingredientes utilizados. En primer lugar, el pan que destaca por su contenido en hidratos de carbono, fibra, vitaminas b1 y B3 así como minerales (calcio, fósforo y magnesio). El huevo, por su parte, es responsable de proporcionar proteínas, grasas y colesterol así como vitaminas A y D. Y finalmente, la leche que ofrece grasas, colesterol y vitamina B2 en cantidades que varían en función de si se trata de la fórmula entera o la desnatada. La aportación calórica de todos ellos se acentuará más o menos con la fritura, según el tipo de aceite que se use, y con el tipo de edulcorante que se emplee.
Lo más recomendable es elegir siempre ingredientes naturales de calidad y, a ser posible, ecológicos para que este postre resulte más nutricional que calórico. Una premisa que guía toda la repostería artesanal de Casa Urrutia, donde prima la excelencia de unos productos obtenidos de forma respetuosa con el entorno y una elaboración tradicional y cuidada.
Prueba una vez. Te gustarán siempre.