La vida está hecha para disfrutarla por lo que se entiende que, de vez en cuando, se busque enamorar al paladar con alguna que otra exquisitez. Que sea casera y artesanal es mucho mejor pero no porque sea necesariamente más saludable sino porque suele ser más nutritiva. Así que a la hora comer dulces, lo ideal es elegir opciones que, además de satisfacer el antojo, alimenten también el cuerpo.
La gran ventaja de los postres caseros es que carecen de aditivos, son bajos en hidratos refinados, brindan más proteínas y grasas saludables y recuperan el verdadero sabor de las cosaslejano de los matices artificiales de la repostería industrial. Se caracterizan porque suelen sustituir las harinas y cereales por su versión integral y ofrecen un abanico mucho más amplio con variantes como el centeno, la espelta o el maíz. También recurren a la avena y a los frutos secos enteros o triturados; reducen al máximo el empleo de azúcar y optan por el empleo de fruta natural o en compota casera.
Se distinguen por compensar la falta de azúcar con aromas naturales como la vainilla, el zumo de naranja o las ralladuras de lima o limón y por equilibrar el aporte de grasas con otros productos más sanos como el yogur natural o el queso fresco. Pero, sobre todo, invierten en ingredientes de primera línea lo cual revierte claramente en el resultado final.
Lo cierto es que todos esos pequeños detalles y gestos propios de la elaboración artesanal de los postres, no saltan a la vista pero sí se notan en cada bocado. Puede que resulten visualmente menos atractivos que algunas creaciones industriales pero denotan un sabor mucho más natural, auténtico, ligero y digestivo. Por eso en Casa Urrutia te lo ponemos fácil con nuestras delicias caseras de nuestro obrador para que, cuando apriete el antojo, prime la calidad.