PASTEL VASCO.

Posee diversas denominaciones aunque todas ellas se refieren a un postre que se elaboraba en los caseríos de la Edad Media y que se caracteriza por su color marrón dorado, su textura crujiente y suave y su ligero aroma a mantequilla. Se puede disfrutar en frío o caliente, pueden ser de aspecto más grueso o fino, más o menos horneado, pero el pastel vasco, gâteau basque, euskal opilla o etxeko biskotxa es siempre una delicia.

Su origen remite a la región vasco francesa de Lapurdi aunque en la actualidad este dulce es también típico de la Comunidad Autónoma Vasca y de Navarra.  Precisamente por este hecho su elaboración admite algunas especificidades en cuanto a tamaño o peso, pero su elaboración siempre se realiza sobre ingredientes básicos como la mantequilla, la harina, los huevos y el azúcar.

Al principio se comenzó a  rellenar con las diferentes frutas que se hallaban en los entornos como moras, cerezas (el más típico), higos o endrinas. Pero ya a finales del siglo XIX este postre experimentó un auténtico auge y se incorporaron apuestas como la crema pastelera en lugar de los rellenos afrutados, variante de gran éxito que se fue haciendo un claro hueco en la tradición navarra.

En Casa Urrutia el pastel vasco es, de hecho, una de las creaciones de repostería artesanal más demandadas. De textura suave y esponjosa, lo elaboramos con diferentes matices: desde el relleno de compota de manzana, o frambuesa a la  crema de chocolate que resulta dulce y ligera a la vez. Y es que hay tradiciones que da mucho gusto mantener!

 

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