HUEVO DE PASCUA.

El huevo y la mona de pascua.

El huevo de Pascua es una tradición cuyos orígenes parecen encontrarse en la prehistoria. Ha representado desde hace miles de años la  vuelta a la vida, un concepto de renacimiento que en el cristianismo se vinculó a la resurrección. Pero más allá de sus distintas acepciones, ha constituido todo un símbolo de fuerza y regeneración para la humanidad.

El por qué del conejo de Pascua sin embargo sigue sin estar claro. Su primera aparición fue en  la obra de Georg Franck von Frankenau Acerca de los huevos de Pascua, en 1682 en la que se hacía referencia a una liebre que traía los huevos en la región de Alsacia. Este conejo portaba una canasta con huevos decorados y dulces, que iba entregando a los niños la noche antes del Domingo de Pascua. Según distintas teorías el conejo, caracterizado por su capacidad de procreación, traía huevos, símbolo de fertilidad, para representar la vida y la prosperidad.

En cuanto al chocolate fueron unos pasteleros alemanes que, por el siglo XIX, comenzaron a confeccionar figuras propias bañadas de este delicioso dulce. Poco a poco, todo fue evolucionando hasta llegar a la llamada Mona de Pascua actual. Existen muy distintas versiones según la zona, desde bollos de harina, huevo, azúcar y sal a tartas repletas de figuras de chocolate (animales, personajes de dibujos animados…etc).

Lo cierto es que un dulce siempre alegra el día. Así que, sea con la tradicional mona o con pastas, galletas, bollos o tortas artesanales como los de Casa Urrutia, esta Semana Santa podéis disfrutarla con mucho sabor.

Fuentes: okdiario/ creativesignatures
Imagen: Pexels.

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