MUCHA E.

Se trata de un nutriente con una fuerte capacidad para prevenir el estrés oxidativo del cuerpo así como a proteger de toda una serie enfermedades de diverso tipo. Es decir, la vitamina E resulta indispensable en cualquier dieta saludable pero…¿sabes dónde encontrarla?

Este poderoso antioxidante defiende al tejido corporal del daño causado por los radicales libres pero además contribuye a mantener el sistema inmunitario fuerte frente a virus y bacterias. Y aunque es necesaria todavía más investigación acerca de su capacidad para prevenir el cáncer, afecciones del corazón, demencia, trastornos hepáticos y accidentes cerebrovasculares, lo que sí está claro es que es muy beneficiosa para la salud. Eso sí, consumida con moderación. Y es que un exceso de vitamina E tampoco es aconsejable puesto que puede incrementar el riesgo de hemorragia cerebral.

Entre los alimentos seguros y sanos que pueden incorporarse en los hábitos alimenticios diarios se encuentran los aceites vegetales de maíz, el aceite de oliva, por supuesto, las nueces, almendras, aguacates, semillas (como por ejemplo las de girasol), hortalizas de hoja verde, cereales fortificados, frutas como el kiwi, margarinas y productos para untar enriquecidos, algo que hay que verificar en la información nutricional de la etiqueta de los productos. 

La buena noticia es que todos son, además de recomendables, sabrosos y fáciles de integrar en el día a día. Un buen desayuno con pan de semillas, cereales y una pieza de fruta suponen ya una ingesta más que aceptable de vitamina E. Pero también se puede  disfrutar de un capricho artesanal con E como el pastel de nueces de Casa Urrutia o cualquiera de los platos de nuestro menú elaborados con aceite de oliva virgen extra de producción local.

Bueno, sano, sencillo… Y con vitamina E.

Fuente: medlineplus.gov/ecoportal

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