Constituye toda una tradición que, dicen, porta fortuna para los meses venideros. Las 12 uvas «de la suerte»acompañan las últimas campanadas del año y abren la puerta a otro lleno de incógnitas y buenos deseos. Pero ¿ cuándo empezó todo?
Fue en la Nochevieja de 1909 cuando, debido a un excedente de la cosecha de uvas en Alicante, comenzó el consumo masivo. Sin embargo ya en el siglo XIX existía la costumbre entre los burgueses españoles de comer uvas y brindar con champán para despedir el año. Y esta antigua tradición dispone que se deben colocar 12 uvas delante de cada comensal, representando los 12 meses del año, para comerlas al ritmo de cada una de las campanadas del reloj que marca las 12 de la noche.
Pero unido a este conocido propósito de atraer felicidad y dicha en el futuro más próximo, las uvas ofrecen otros beneficios algo más tangibles. Gracias a sus nutrientes, ayudan a mejorar el estado de ánimo y a reponerse del cansancio; estimulan el páncreas y la producción de insulina; proporcionan un efecto laxante suave y se caracterizan por ejercer una acción diurética en el organismo. Además, destacan por su poderosa capacidad antioxidante, antiinflamatoria, antimicrobiana e incluso anticancerígena. ¿Qué más se puede pedir?
Puede que fuera el destino el que eligiera justamente esta fruta para despedir el año y llenar de buenos augurios el siguiente. Y, lo mejor,es que pueden consumirse casi de todas las maneras: crudas o cocinadas, con verduras, arroces, carnes o postres, macedonias, yogures, tartas, mousses, helados o flanes. La lista es interminable. Y es que frescas o pasas, las uvas son un dechado de virtudes gastronómicas que aportan un toque aromático y dulce inigualable a cualquier receta.
Si no lo tienes claro, prueba nuestro Pastel natural de Pasas de Casa Urrutia, un bizcocho con aroma almendrado y esencia de vainilla que aprovecha el extraordinario aporte de las pasas sultanas.
¿Vas a querer un trocito para despedir el año?
Fuentes: Muy Historia/ Cuerpomente.com Imagen: Dreamstime.