Que la alimentación juega un papel fundamental en el estado de salud es una realidad. Y si bien no significa que sea el santo grial para eludir toda enfermedad sí puede contribuir en gran medida a mantener un buen funcionamiento del organismo. O a fortalecer, por ejemplo, sus mecanismos de defensa. Y es así como nace la inmunonutrición, una ciencia relativamente nueva que estudia la relación entre nutrientes e inmunidad.
Su objetivo consiste en desarrollar un modelo sobre cómo los compuestos de determinados alimentos influyen directamente en la respuesta inmune del cuerpo frente al ataque de virus, bacterias y toxinas. Algunas sustancias han demostrado, de hecho, su capacidad de mejorar la inmunidad o, como poco, de estimular el sistema defensivo.
Entre ellas se encuentran la glutamina, relacionada con la protección del tubo digestivo; la arginina, que mejora la función inmunológica celular y la cicatrización de las heridas o los ácidos grasos Omega 3, que actúan como mediadores de la respuesta inmune contrarrestando el efecto inflamatorio del omega 6. Dicho así suena bien, pero ¿cómo asegurar una ingesta adecuada de todos ellos?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja al menos ingerir 0,8 g de proteína por kg de peso corporal en personas sedentarias y algo superiores en el caso de los deportistas. El 50 % de dicho aporte proteico debe ser de origen animal y se prioriza el pescado sobre la carne. Se añaden aceites vegetales y frutas como el aguacate entre otras. Como suplementos solo podrían valorarse por defecto los probióticos ya que estas sustancias comienzan a relacionarse estrechamente con la función inmune. De otros suplementos, sin embargo, todavía son necesarias más evidencias.
No obstante, en el campo de la inmunonutrición queda mucho por explorar por lo que, hasta alcanzar conclusiones más claras, las recomendaciones abogan en todo momento por una alimentación variada y equilibrada así como por la práctica de ejercicio físico regular para tonificar el sistema inmunitario.
Una sugerencia a la que nos sumamos en Casa Urrutia, donde procuramos ofrecer un menú artesanal siempre variado y nutritivo a base de ingredientes naturales para que, si vas a comer fuera, puedas comer como en casa.