Resultan prácticamente indispensables en casi cualquier elaboración de repostería artesanal, y es que los huevos, pese no a verse en el producto final, aportan consistencia, luminosidad, ligazón, delicadeza y contundencia decisivas para el mejor disfrute de un dulce o postre.
Se puede decir que cuentan con bondades silenciosas ya que pasan visualmente desapercibidas pero eso no significa que su papel no sea crucial. Muchas veces se dan por supuestas ciertas características ; se dedica poco tiempo y esfuerzo a identificar cada una de ellas y mucho menos a apreciarlas. Pero están y tantas de ellas dependen de la participación de este importante ingrediente.
Bizcochos, flanes, tartas y pasteles carecerían de esa estructura tan particular o de esa suculenta esponjosidad si no fuera por los huevos. Pero asegurar un resultado perfecto significa también conocer algunas de sus particularidades y manejarlos adecuadamente. Y el primer paso es garantizar su frescura.
Así existen algunos trucos para identificar si se encuentran en mal estado: si se sumergen en agua.y flotan; si su clara es poco líquida y más bien densa o si al cocerlos y cortarlos la yema se muestra ladeada en lugar de centrada, no es recomendable su consumo. Y, por cierto, una aclaración: su color no influye ni en el sabor ni en la calidad sino que depende únicamente de la raza de gallina de la que provenga.
No obstante, y a pesar de todas las bondades nutricionales que ofrecen, muchas personas no los consumen bien por elección o por sufrir algún tipo de alergia . De ahí que, en esos casos, se pueda optar por sustitutos como la harina de avena o garbanzos mezclada con agua o de semillas de chía procesadas en un mortero que ayudarán, igualmente, a ligar y emulsionar nuestros postres.
En Casa Urrutia utilizamos huevos frescos y ecológicos de producción local en nuestras pastas, bollos, pasteles y galletas para asegurar un sabor y un aroma que, si bien no se ve…se nota.
Fuente: www.pasteleriaartesanal.org.