El mostachón es un dulce antiquísimo de origen incierto. Se sabe que los árabes fueron quienes sentaron las bases de esta delicia y que gozaba de cierta popularidad en muchos conventos y castillos de la época en que fue fundado el Convento de las Clarisas de Utrera. Y al parecer fueron, precisamente gracias a ellas, que se especializaron en la elaboración de este dulce y a la implantación del ferrocarril en el siglo XIX que la fama de este dulce se extendió notablemente. El hecho de que, además, un periódico de aquellos tiempos situara a Utrera en el cruce de todas las líneas férreas de Andalucía contribuyó a la extensión definitiva de los mostachones.
Harina, miel, huevos, azúcar y canela dan forma a esta torta redonda y aplastada que viene envuelta en papel grueso, similar al de estraza. Se trata de un bizcocho aplanado cuya receta, de ingredientes muy básicos, no es complicada pero a la que no muchos logran darle ese punto que lo convierte en un manjar sencillo a la vez que exquisito.
Con el transcurso de los años, se ha convertido en un elemento típico de los postres de las fiestas de Navidad y es muy común encontrarlos amenizando esas largas sobremesas navideñas salpicadas de villancicos y regalos. Pero también, con el paso del tiempo, han experimentado cambios y se han ido desarrollando una multitud de variedades distintas. Se han ido añadiendo nuevos componentes como el coco, la avena, la almendra, frutas varias entre otros, desembocando en múltiples interpretaciones de la fórmula original. La oferta que encontramos en el mercado actual es realmente amplia.
En URRUTIA, sin embargo, nos inclinamos por elaborar nuestros mostachones como se hacía antiguamente. Utilizamos ingredientes naturales y los trabajamos manualmente inspirándonos en las recetas que hemos heredado de nuestros abuelos. Intentamos, de esta manera, que no se pierda el sabor auténtico de aquellos primeros tiempos. Porque nos gusta el sabor de siempre.
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