DE RESTAURANTES.

El ritmo de vida de la actualidad obliga, en muchas ocasiones, a comer fuera de casa. Aunque, también se hace con frecuencia por placer. El caso es que, de una manera u otra, es importante elegir los platos con cautela para que el disfrute sea saludable y no puramente calórico.

La vida sedentaria provocada por jornadas laborales interminables, la amplia oferta de alimentos (que no siempre alimentan) y el desequilibrio propio de comidas a deshoras, hacen que sea más que nunca necesario prestar atención a lo que llevamos a la boca. En casa y, sobre todo, cuando acudimos a bares y restaurantes.

Pero esto no debe implicar la puesta en práctica de malos hábitos dietéticos ya que basta con tener en cuenta algunas de las recomendaciones de la Sociedad Española de Obesidad (SEO-SEEDO) para que, comer fuera y comer sano, sean dos cosas completamente compatibles.

Uno de los principales consejos es el de elegir el lugar adecuado. Conviene, en este sentido, evitar los buffet, en los que resulta difícil controlar las cantidades que se consumen, así como los autoservicios y establecimientos de comida rápida ya que disponen de una oferta de alimentos muy energéticos y ricos en grasas saturadas.

Llegar, además, con mucha hambre al restaurante también será perjudicial ya que el apetito suele generar la necesidad de alimentos excesivamente grasos y calóricos. La elección del menú, en ese caso, no será la más apropiada. De ahí la importancia de realizar un desayuno completo y una ingesta a media mañana para prevenir este tipo de decisiones precipitadas.

Una vez allí, lo mejor será calmar la sed con agua (en lugar de hacerlo con bebidas azucaradas) y evitar los aperitivos excesivamente pesados. De primero, lo más aconsejable son las verduras y/o hidratos de carbono complejos (pastas, legumbres, arroz…etc) elaboradas, si es posible, de forma sencilla y artesanal. De segundo, se recomiendan las carnes magras, pescados y huevos con guarniciones a base de ensaladas, verduras, patatas cocidas…Y para acompañar, un trozo de pan. Si las raciones son excesivas, no hay que terminar el plato. Nadie obliga a ello.

¿Qué pasa con el postre? No es necesario renunciar a un dulce pero sí elegirlo con cautela. Lo mejor suelen ser  los yogures, cuajadas o piezas de fruta pero es cierto que no es fácil resistirse a la tentación de ciertos pasteles, tartas y helados. Por eso, una de las recomendaciones es la de compartir postre. Al fin y al cabo siempre se trata de terminar la comida con broche de oro, no?

En realidad, son todos consejos que apelan al sentido común. Quizá, por todo ello, lo más sencillo sea recurrir siempre a establecimientos hosteleros de confianza donde todos los platos sean elaborados con ingredientes naturales y de forma tradicional, evitando el uso de salsas y condimentos pesados.

Así pues, el bar-restaurante Urrutia es apuesta segura para todos los que deseen comer sano y sabroso  ya que cocinamos con productos y recetas de la tierra: platos de temporada, pan de hogaza de nuestro propio Obrador>y dulces de elaboración artesanal. Para comer fuera como en casa.

Imagen: Urrutia.
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