Un poco de música, un buen libro, o, por qué no, una adecuada selección de alimentos pueden contribuir a liberar los nervios y lograr un aumento de endorfinas. Relajarse es también cuestión de elegir el bocado adecuado. ¿Sabes cómo prepararte un plato de relax?
Quizá una de las opciones más socorridas sea la de un vaso de leche caliente con miel. Lo que proporciona ese efecto calmante es el alto contenido de triptófano y el potasio que contiene este dulce manjar. Y es que ambos nutrientes representan una gran ayuda a la hora de reducir la ansiedad y combatir las hormonas del estrés en el organismo.
También una sopa de verduras a base de tomates, pimientos verdes, zanahorias, ajo o espinacas, por ejemplo, puede funcionar a calmar los ánimos ya que contribuye a deshacerse de los cuerpos extraños e infecciones del cuerpo que causan incomodidades y desasosiego . Tomar una banana, fruta cargada de relajantes musculares naturales, o un par de onzas de chocolate amargo (mínimo 70% de cacao) con un alto contenido en hormonas de la felicidad, favorece igualmente la relajación física y mental.
Otro remedio es recurrir a un buen puñado de nueces y semillas, ricas en magnesio, selenio, zinc, vitamina E y complejo de vitamina B, para apaciguar la tensión cerebral e incrementar la sensación de bienestar. O consumir huevos, que por el nivel de aminoácidos empaquetados con triptófano, actúan como químico cerebral relajante. Finalmente la avena es otra buena opción ya que, gracias a la vitamina antiestrés B6 y melatonina, favorece la relajación y el sueño saludable.
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ALIMENTOS QUE RELAJAN.
