BOCA DE ANÍS.

La naturaleza es una fuente infinita de elementos naturales provechosos para la salud del ser humano. Algunos, utilizados desde hace milenios, han demostrado ser capaces de atajar los efectos de algunos trastornos bastante comunes. Así, el anís, utilizado por egipcios, hindúes, chinos, romanos y griegos en la Antigüedad, sigue siendo hoy una planta de lo más saludable.

Tanto el tipo verde (que es el más convencional) como el estrellado presentan propiedades muy parecidas ya que poseen el mismo principio activo. Y es de sus hojas y raíces de donde se extraen los principales beneficios medicinales que incrementan la energía sexual, equilibran la menstruación femenina y regulan diversos problemas digestivos el aparato digestivo.

De hecho, gracias a sus propiedades sedantes, antiespasmódicas y carminativas, su consumo permite eliminar los gases intestinales y, por tanto, el dolor y molestias que producen. También combate la acidez, la gastritis y otros problemas estomacales procedentes de alteraciones nerviosas; acelera la digestión; contribuye al sano equilibrio del apetito e incluso puede llegar a resolver la halitosis o mal aliento.

El anís posee, además, cualidades expectorantes y antiinflamatorias que pueden ayudar a eliminar los fluidos que obstruyen los bronquios y, en consecuencia, a sanar enfermedades pulmonares como la bronquitis, la gripe o el asma. Y, por último aunque no por ello menos importante, el poder sedativo de esta planta puede contribuir a calmar los estados de ánimo nerviosos; a reducir los niveles de estrés y a aliviar los síntomas de la neurastenia, caracterizada por un cansancio inexplicable tras cualquier tipo de actividad física o mental. Todo un pacificador natural…

Se le atribuyen otras funciones como potenciador de la producción de la leche materna (siempre bajo supervisión médica);  mejorador del sabor de los preparados de otras plantas cuyo consumo no sería posible sin este; calmante de las úlceras de la boca; perfumador de productos de cosmética…etc.

En pocas palabras, nos encontramos ante un recurso sencillo de lo más completo y sanador que puede consumirse diariamente. Las formas en que puede ser consumida son muy amplias: en aceites esenciales, en preparados con otras hojas, en infusiones…  En el ámbito gastronómico, por ejemplo, se recurre con frecuencia a este ingrediente para animar ensaladas, pescados, sopas y postres y aprovechar su aroma y gusto delicados.

Por ese motivo, en Urrutia no hemos querido ignorar tantas y reconocidas cualidades, y hemos incorporado el anís a algunas de nuestras recetas, para que cuidar del cuerpo sea algo sencillo y exquisito. El resultado: una Rosco de Anís de textura firme y de intenso sabor que, acompañado de un buen vaso de leche, puede convertir un desayuno o merienda en un auténtico momento de paz y placer. ¿No lo has probado aún?

 

Fuentes: botanical-online/mejorconsalud/vix.com
Imagen: Urrutia
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