Se les define como deseos vivos y pasajeros de alguna cosa y, cuando se trata la comida, suelen ser nutritivamente poco recomendables: chips, bollería refinada o comida rápida entre otros. Los antojos, sin embargo, bien dirigidos no tienen por qué entrañar peligro alguno.
El principal problema de los caprichos gastronómicos es que vengan acompañados de una ingesta excesiva, es decir, de los conocidos atracones que acaban produciendo sensación de culpa y mucha frustración. Estos últimos suelen estar asociados a situaciones de ansiedad y estrés, que buscan un (falso) consuelo a través de la alimentación,aunque también están relacionados con un desequilibrio de los sistemas internos. Por ejemplo, sentir una irresistible tentación por alimentos ricos en sal puede ser una manifestación de carencias de minerales, vitaminas o proteínas.
Para regular adecuadamente estos impulsos y experimentarlos con menor frecuencia, se recomienda optar por una dieta que recurra menos a dulces, alcohol, carnes rojas y cereales refinados y que busque un mayor consumo de frutas frescas y deshidratadas ecológicas, infusiones, cereales algas, semillas, frutos secos, verduras y condimentos saludables. Todo ello proporcionará una energía estable y menos antojadiza.
En Casa Urrutia apostamos siempre por una alimentación equilibrada a través de nuestro menú elaborado con verduras de temporada, hortalizas, legumbres y otros alimentos de gran poder nutritivo, y de nuestra repostería artesanal y ecológica que pretende aportar ese toque gastronómico caprichoso pero saludable. Nuestra Agrotienda también respalda esta misma filosofía con la oferta de productos locales naturales y de una gran calidad para que comer bien sea la opción más sencilla.
Para que tus antojos sean siempre buenos.
Fuente: Veritas