SÚPERFRUTA.

Una superfruta. Así es como se conoce a la cereza, por su aporte nutricional y sus numerosos beneficios para la salud. Este alimento milenario destaca por un color morado muy característico producido, precisamente, por unos pigmentos, llamados antocianinas, de fuerte capacidad depurativa. Pero esto es solo el principio.

La elevada concentración de flavonoides, la convierte en una fruta de gran poder antioxidante y preventivo de enfermedades como el cáncer o el alzheimer según algunos estudios (http://bit.ly/2FklHDT). Contienen también melatonina, que ayuda a regular el ritmo cardíaco y los ciclos del sueño, y son ricas en vitaminas C, E, potasio, magnesio, hierro, ácido fólico y fibra. Alimentan el cerebro contribuyendo a prevenir la pérdida de memoria; aportan fibra y poseen un importante efecto antiinflamatorio. Todo ello concentrado en pocas calorías y un sabor intenso.

Se puede disfrutar de infinitas maneras y todas ellas buenísimas. Pero, cuando se añade como ingrediente en repostería, el resultado es sencillamente espectacular. Producen un efecto sorprendente tanto a nivel gustativo como estético ya que el pronunciado toque cromático de la cereza nunca pasa desapercibido.

Si a ello se añade una receta tradicional inspirada en los matices de esta singular fruta y se combina con una textura esponjosa de gran cremosidad, el desenlace no puede ser otro que una experiencia inolvidable. No hay que soñarlo. Basta con probar el pastel vasco de cereza de Casa Urrutia. Elaborado con mantequilla y una confitura de cereza negra francesa, este postre de origen vasco conquista los paladares más dulceros.

Un súperpostre en toda regla.

 

Imagen: Pixabay
Pre-reserva