Empezar el día con buen pie no depende solo del azar. Está también en nuestras manos ofrecer a nuestro organismo la carga necesaria de energía para afrontar la jornada con fuerza y optimismo. Por algo se dice que el desayuno es la comida más importante del día. Y, sin embargo, una gran cantidad de personas lo evitan o lo obvian por falta de tiempo, de ganas o interés.
Si logramos hacer que ese punto de partida sea agradable, atractivo y sabroso, será más fácil no caer en manos de todas esas excusas que impiden disfrutar de un momento tan necesario y sano. Tal vez el error, hasta ahora, haya sido despertar con la idea de un desayuno aburrido que hace perder un tiempo muy valioso…pero ¿no vale más la propia salud?
El desayuno no es otra cosa que la primera ingesta que realiza la persona tras haber transcurrido una serie de horas de reposo. Es decir, que el cuerpo necesita abastecerse lo suficiente como para deslizarse por entre los horarios ajetreados y las rutinas exprés con vigor y soltura. Es más, se considera que según el desayuno que haga cada uno, su rendimiento y sensaciones serán de una forma u otra. Dicho de otra manera, en función de lo que tomemos podremos sentirnos mejor o peor.
¿Tanto cuesta conseguir que se trate de algo apetecible? En realidad no tiene por qué suponer grandes esfuerzos. Para que sea equilibrado, es necesario incluir cereales (que aportan hidratos de carbono vitaminas y minerales); lácteos, que contienen proteínas de calidad así como calcio, vitaminas A y D y del grupo B; alguna pieza de fruta (o zumo) por su aporte de agua, vitaminas y minerales y algún derivado cárnico (que puede ser jamón cocido, serrano, fiambres poco grasos…). Y si la idea de comer salado no te resulta atractiva, puedes recurrir a las tostadas, pan o galletas sencillas (siempre que no de origen industrial).
Precisamente, para aquellos que experimentan dificultades a la hora de cumplir con esta cita gastronómica matutina (que debería ser, por salud, obligada), los dulces artesanales de Urrutia, elaborados con ingredientes naturales y ecológicos, son una óptima alternativa. Magdalenas con aceite de oliva eco, pasteles integrales, bizcochos de avena, galletas de sésamo…todos ellos listos para acompañar ese café despertador que suele consumirse en solitario. Un placer de lo más cómodo y natural para convertir las mañanas en el delicioso comienzo de una jornada llena de sabor.
Y no olvidéis añadir el resto de alimentos para que vuestro desayuno sea completo!
Fuente: alimentación sana. Imagen: Pixabay