COMIDA REAL.

Cocinar sin grandes esfuerzos para comer bien y sano

Parece una moda pero no lo es. La comida de verdad, la de cuchara y tenedor, la de toda la vida, no es simplemente una tendencia pasajera. Y es que cada vez son más las personas conscientes de la importancia de la alimentación real en la salud. Y ¿desde cuando la salud debe tratarse como una moda?

A muchos, sin embargo, todavía les puede parecer un argumento de otra galaxia, ajeno y distante. Puede que se vean sometidos a una rutina frenética que roba tiempo y obliga, en cierta medida, a recurrir a platos precocinados y soluciones rápidas. Pero salir de ese círculo vicioso no es tan difícil. NI comer bien es cosa de marcianos.

Todo se reduce a tomar la decisión, de una vez por todas, de nutrir el cuerpo como merece. Y existen alternativas para hacerlo que escapan de todo ese océano de remedios express. Para ello, no es necesario ser estricto ni radical, ya que se puede ir poco a poco introduciendo pequeños cambios para mejorar paulatinamente la alimentación. Así, por ejemplo, se puede empezar incorporando una vez a la semana cremas de verduras alguna que otra ensalada para después incrementar la frecuencia y la gama de alternativas.

Igualmente recomendable es buscar recetas sencillas elaboradas con ingredientes que habitualmente se puedan tener en casa para que, la pereza o la falta de material no impidan ponerse manos a la obra. Y, por supuesto, rodearse de gente que participe de la misma idea o, al menos,  que no sabotee los esfuerzos con críticas o burlas. Al fin y al cabo se trata de un esfuerzo por mejorar el bienestar y vivir de forma más saludable.

Un concepto que define muy bien a Casa Urrutia donde apostamos cada día por la comida real con platos elaborados según las recetas tradicionales, con productos de calidad y todo el cariño y la dedicación de los viejos tiempos. ¿Lo recuerdas? Entonces las prisas no buscaban un atajo culinario y cuando se sentaba uno a la mesa, disfrutaba cada bocado con un trozo de buen pan en la mano.

Cada día, en Casa Urrutia.

 

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